Una vez una profesora dijo: He tenido alumnado con examenes preciosos, unas presentaciones dignas de ser enmarcadas; sin embargo nunca llegaban al 3. Tú eres un completo desastre, tu letra no se entiende, tus márgenes aparecen y desaparecen en la hoja las lineas se tambalean y las letras bailan; sin embargo nunca bajas del 7.
De esto hace ya muchísimos años y obviamente he bajado del siete mas de una vez, sin embargo esta frase se me grabó dentro. ¿Hasta donde es importante la apariencia si el interior no vale?
La primera impresión es importante, no lo niego, pero lo verdaderamente fuerte, lo que verdaderamente debe importar es el interior. Ahí debe residir el verdadero peso de las cosas.
Es aquí precisamente a donde quería llegar. Al peso. Tania Llasera no quiere que esto siga siendo polémica pero yo creo que cartas como estas deberian de ser compartidas cada día, que deberian de estar expuestas en los probadores de las tiendas de ropa y deberían leerse en los institutos.
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Nos enseñan a odiarnos, a idolatrar un estereotipo enfermo, a ser esclavas de una sociedad malsana. Querermos llegar a la felicidad a traves de unos estereotipos de vida que solo pueden hacernos infelices.
Que nos enseñen a querernos, a estar sanas y no delgadas. Lo malo no deberia ser que se nos consideren mujeres pesadas si no que nuestra conversación resulte cansina.
Una vez escuché a unas niñas decir a su madre "mami, estas más gordita!!" Y la madre les dio las gracias, para luego explicar al resto de mujeres (que miraban extrañadas su feliz reacción) que las niñas habían estado tan delgadas que ella continuamente les decía, como halago que estaban "mas gorditas". Para esas niñas "estar mas gorditas" se había convertido en algo muy positivo. No nacemos para ser delgadas nos educan para odiar la gordura, para ser insanas.
Dice Tania: Yo puedo cambiar, pero ¿Podemos cambiar la sociedad?
Ojalá cambiar a la sociedad fuese tan sencillo como ir al nutricionista. Nos conformaremos con ir haciendo clic en las cabezas de las personas una a una.
